¿Declaraciones «desafortunadas» o error calculado?

El viernes pasado (21 de abril de 2023), el diplomático chino Lu Shaye , embajador de la República Popular China en Francia (y también Mónaco), emitió ciertas declaraciones en el canal de noticias francés LCI. El tenor de las mismas hizo saltar todas las alarmas en las cancillerías europeas y en Bruselas:

«Los países de la ex-Unión Soviética no tienen un estatus efectivo en el derecho internacional porque no hay un acuerdo internacional que concrete su estatus como países soberanos»

Está fuera de toda duda que las repúblicas que antaño formaron parte de la extinta Unión Soviética son hoy estados reconocidos incluso por Rusia y de largo miembros de la Organización de las Naciones Unidas de manera indiscutida ¿qué sucede entonces? ¿tenía el señor Lu un mal día? ¿se ha equivocado? ¿desconoce, quizá la posición de su país acerca de la guerra de Ucrania o no hizo los deberes y no se la había estudiado bien? ¿actuó por su cuenta A mi juicio, debe responderse de forma negativa a las preguntas formuladas.

En primer lugar, se trata de una persona con gran formación en el campo de las relaciones exteriores y la diplomacia. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la estricta y elitista Universidad de Asuntos Exteriores de China y doctor en Ciencias políticas. En cuanto a su labor profesional, es un diplomático de carrera de muy amplia experiencia. Desde 1988 ha ocupado diversos cargos en el servicio exterior chino, como agregado de la embajada de China en Guinea, embajador  en Senegal, Director General de Asuntos Africanos del Ministerio de Asuntos Exteriores. sus cargos más prominentes han sido los de embajador en Canadá y el actual puesto de jefe de la legación diplomática de París. Además, ha desempeñado otras dignidades como la de teniente de alcalde de Wuhan. En resumen: no se trata en absoluto de un indocumentado, sino que sabe muy bien de qué está hablando.

Lu Shaye y los lobos guerreros

En segundo lugar y en relación con la última frase del punto anterior: Lu Shaye es un diplomático profuso en declaraciones polémicas: su historial es de sobra conocido. Es un maestro de la provocación, especialmente con respecto al país del que es embajador. Vamos a ver algunos ejemplos:

  • durante la pandemia de Covid-19 (2020) publicó un artículo en el que acusaba sin fundamento a los empleados de las residencias de ancianos de abandonar a sus pacientes y dejarlos morir. Tal declaración le valió ser convocado por el mismo ministro de exteriores francés
  • En 2021 Lu Shayé estalló contra un investigador francés por criticar uno de los temas tabú de la política china exterior: Taiwán. Tan virulentos fueron sus declaraciones e insultos, que de nuevo fue convocado por el ministro de asuntos exteriores de Francia.
  • En mayo de 2022, China estaba en el centro de la polémica mundial -con permiso de Ucrania- por su represión indiscriminada contra la etnia uigur -y otras etnias de religión musulmana- en la provincia de Xinjiang. La Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet se hallaba investigando los campos de internamiento para uigures. Pues bien: el señor Lu respondió que no eran internos, sino aprendices, y que los tales centros de internamientos eran…¡escuelas de formación profesional! La aparición de los «Archivos policiales  de Xinjiang», que documentaban toda clase de abusos, no dejaron al diplomático chino en muy buen lugar.
  • ese mismo año, en agosto y con el revuelo ocasionado por la visita de Nacy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, a Taiwan, el señor Lu emitió unas declaraciones que podían calificarse de revisionismo histórico en toda regla, exponiendo que Taiwan pertenecía a China desde el año 230 a. C., cuando la realidad es que China se interesó muy poco por la isla hasta bien tarde, tomando posesión de ella a finales del siglo XVIII, y tampoco en demasía, porque la cedió por dos siglos a los japoneses.

En tercer lugar, teniendo en cuenta este abultado currículum de supuesto bocazas ¿alguien cree que China, caracterizada por lo estricto en lo relativo a los fracasos, no lo habría echado ya? La realidad es que Lu está cumpliendo muy bien las funciones que tiene asignadas y sigue a rajatabla una línea política muy bien establecida. Por ello -no dudamos de que quizá su carácter ayuda- nuestro diplomático es un asiduo practicante de la llamada «diplomacia del lobo guerrero«, un estilo que caracteriza a la China del Xi Jinping y que se aleja de la filosofía del ascenso pacífico (ver aquí) del período anterior.  Ya está bien de prudencia y de no molestar: ahora, por en contrario somos fuertes; hay que rechazar de manera enérgica toda critica a China y buscar la confrontación en lugar de evitarla, dejando claro el mensaje de que no se puede atacar a China sin consecuencias. El confucionismo del viejo líder Deng Xiaoping pasó a la historia, estableciéndose cierta agresividad en las relaciones exteriores, en especial si China y su política son objeto de críticas. Las reacciones pueden ser totalmente directas y ofensivas: hace poco acabamos de hablar de un cierto investigador francés ¿verdad? Pues bien: sus valoraciones sobre la política «taiwanesa» de Pekín, asunto tabú para la República Popular China, le hicieron acreedor de un calificativo que deja poco espacio a la imaginación y a la retórica que suele definir a los diplomáticos. Lu Shaye le llamó «hiena loca», o «troll ideológico pro-Taiwán», entre otras lindezas. Cuidado con meterse con China.

Al fin y al cabo, China es una potencia mundial con aspiraciones hegemónicas, y ha presentado ya sus credenciales de árbitro en los asuntos globales (lo contaba en este post), siendo Ucrania un magnífico vehículo para tal fin. En fin: el señor Lu no es un bocazas que vaya por libre como cierto expresidente estadounidense, sino todo lo contrario: como buen diplomático que es, no habla por hablar: mide sus palabras.

Globos sonda y lectura entre líneas

Ah, se nos olvida…China ha salido en tromba desautorizándolo y dejando claro que la postura sobre Ucrania es la oficialmente establecida: Pekín apoya la integridad territorial de Ucrania. Vamos a ver qué pasa en los próximos días, pero dudo que un funcionario tan experimentado como Lu meta la pata de ese modo. Podemos estar ante el típico globo sonda que se lanza para calibrar la reacción del enemigo, algo así como realizar un tiro de prueba para corregir la puntería. De paso, se deja claro que se (no) apoya a Rusia, pues lo manifestado por Lu Shaye no es más que la postura rusa sobre el espacio postsoviético: el rusky mir o mundo ruso, materia sumamente interesante -disculpen la aliteración- que tratamos en la próxima entrada ¿es casualidad? Permítanme dudarlo.

 

 

Por Antonio Rando Casermeiro

Me llamo Antonio y nací en Santander en 1974, aunque soy, sobre todo, de Málaga. Soy licenciado en Derecho e Historia y doctor en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales por la universidad de Málaga y quisiera dedicarme a ello. Soy un apasionado desde pequeño del este de Europa, especialmente de los Balcanes y Yugoslavia. Me encantan las relaciones internacionales y concibo escribir sobre ellas como una especie de cuento. Soy apasionado de escribir también cuentos y otras cosillas. Desde 2013 resido en Colonia (Alemania)

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