Mapa: Comisión Europea gracias Chickenonline

En Europa Oriental, China se está implantando merced a unas condiciones particulares. Así, Pekín halla terreno abonado en una zona con altos índices de retroceso de los parámetros de democracia que la UE propugna. De acuerdo con lo dicho, la diplomacia del país asiático siembra la división y la desunión en una zona. Buena parte de la causa reside en el mismo formato de la colaboración de Pekín con los países de la zona: el 17+1 (muy largo, mirar mejor aquí). Se trata de reuniones entre sus miembros alternando capitales europeas y territorio chino. En este sentido destaca en especial la propuesta por China de una secretaría conjunta, objeto esto último de críticas por parte de la Unión: no les falta razón, pues se sustraen competencias a la UE, por una parte y se puentea la política exterior comunitaria. De hecho, las mencionadas cumbres -en teoría entre países soberanos e iguales- presentan en realidad una palmaria disimetría a favor de Pekín. De este modo la verdadera naturaleza es la de encuentros bilaterales entre China y los países participantes: la táctica del “divide et impera” o divide y vencerás.  Esto se refuerza a través de una serie de marcas, institutos y think tanks (o laboratorios de ideas) chinos muy potentes en ciertos países que en un momento dado pueden operar fuera de los mismos. El titubeo inicial de la UE en los momentos iniciales de la crisis del COVID-19 frente a la ayuda china pudo afianzar la posición de Pekín en la zona y poner en solfa la reputación de la UE.

Sin embargo, más de un observador advierte de que el verdadero peligro no está en el ascendente chino sobre los 17+1 sino en los 5+1 (países nórdicos, alianza que va perdiendo fuelle al caer en la cuenta de la amenaza que representa China) y 7+1 (algunos países del mediterráneo), ya que se está ante países de un peso e importancia en la Unión más decisivo.Tampoco pueden pasarse por alto otros importantes apartados del poder blando chino en Europa del este y en especial los WB6, como el contradiscurso de la RPCh, que trata de desterrar la imagen de comprador sin escrúpulos que se aprovecha de economías débiles para aumentar su influencia en Europa. Los Balcanes Occidentales ya es otra historia que será tratada en otra entrada.

Por Antonio Rando Casermeiro

Me llamo Antonio y nací en Santander en 1974, aunque soy, sobre todo, de Málaga. Soy licenciado en Derecho e Historia y doctor en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales por la universidad de Málaga y quisiera dedicarme a ello. Soy un apasionado desde pequeño del este de Europa, especialmente de los Balcanes y Yugoslavia. Me encantan las relaciones internacionales y concibo escribir sobre ellas como una especie de cuento. Soy apasionado de escribir también cuentos y otras cosillas. Desde 2013 resido en Colonia (Alemania)

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