Vista de España a China con Europa de fondo

 Es noticia estos días la visita del presidente español Pedro Sánchez a China, donde se encontrará con Xi Jinping. La visita se enmarca en el cincuentenario de las relaciones diplomáticas con China (1973). España llegó como siempre tarde debido al anticomunismo de Franco (no sólo de él: el presidente estadounidense Nixon tuvo que realizar en 1971 un viaje secreto a China para luego, poco a poco, recuperar la relación entre los dos países). Si hasta Estados Unidos hablaba con China, nosotros no vamos a ser menos. Fue una suerte para España: llegó justo a tiempo para aprovechar la oportunidad. China comenzaba muy tímidamente a abrirse al mundo, y España estuvo allí para la apertura definitiva con Deng Xiaoping,  siempre con la discreción confuciana y la cabeza fría que esgrimía siempre el líder chino. Efectivamente: desde entonces China despegó y España ya se relacionaba con ella. Menos es nada. Las relaciones fueron sobre todo comerciales, en particular partir  los años 80. Las relaciones políticas fueron correctas. Hubo algún que otro “problemilla” cuando España era la punta de lanza en el mundo de la jurisdicción universal en materia de derechos humanos (se emitió orden de detención  contra el expresidente chino Jiang Zemin, el ex primer ministro Li Peng, el jefe de la seguridad china y responsable de la policía Qiao Shi, entre otros). El Supremo archivó las causas en 2015. España se fue retirando de la jurisdicción universal, el mundo fue más injusto y con menos esperanza pero la Realpolitik es lo que tiene: menos mal porque imagínense ustedes que ahora el juez se ve en la tesitura de emitir  una orden de arresto contra Xi Jinping por lo de los uigures en Xinjang. Situación más que incómoda. Así nadie puede hacer negocios con las segunda potencia mundial. Por eso, Xi pudo visitar España sin monsergas de derechos humanos. La política es la política, tampoco nos vamos a pelear por un quítame allá esos derechos.

En lo cultural, el interés por el español en China ha aumentado vertiginosamente desde finales del siglo pasado, un ascenso imparable si se tiene en cuenta que en los años 1950 era difícil encontrar especialistas en español o simplemente gente que lo hablara y recurrían a gente que había estudiado filología francesa porque, total: el “español es una especie de francés mal hablado”.

Volvamos a Pedro Sánchez. En su visita a China, es el primero de otros líderes entre los que, de momento, se encuentran también Macron y Meloni. La visita estaba ya apalabrada desde la reunión del G-20 en Bali, por la mencionada razón de los cincuenta años de relaciones. Pero también se enmarca dentro de una ronda de reuniones con líderes europeos como motivo de la asunción de mayores responsabilidades de China como potencia mundial (quedémonos con esto), al ejercer por fin la mediación con Rusia para detener el conflicto. No debe ser casualidad que estas visitas se lleven a cabo justo después de la visita de Xi Jinping a Vladimir Putin.

Pedro Sánchez, como se ha dicho, es el primero de los líderes europeos. Esto, por una parte, te quita un poco la posibilidad de decir la última palabra, pero te da la oportunidad de decir la primera. Así, Sánchez exige a China apertura para que la UE no tenga que cerrarse frente a China.

Y, en fin; es el momento de decirlo: esta entrada no trata en realidad de la visita de Pedro Sánchez a China, sino de las relaciones de la Unión Europea con China; y sí: son en clave de rivalidad. En este sentido, Pedro Sánchez no ha dicho nada que se no se haya dicho ya. Cuando reclama apertura a China, lo que se hace es (volver a) trasladar una posición europea muy bien establecida, de modo que actúa en un doble papel: por una parte representa a España y busca oportunidades de negocio (como todos) pero, al mismo tiempo, viaja como portavoz de la UE: no puede ser de otra forma cuando España, relevando a los suecos,  ocupará la presidencia rotatoria del Consejo de la UE de julio a diciembre de 2023. Y una cantinela de la UE en los últimos tiempos es que ya está bien de que China vaya a hacer negocios a Europa  y lo tengan fácil, pero todo son pegas si un europeo va a China (a hacer negocios, se entiende). Ya desde más de una década, la UE se hacía eco del problema instando a China respetar los derechos humanos y el fin del proteccionismo (2009), que sale muy caro a la UE. En 2017 la situación no había mejorado, y dos años después la Unión tuvo que ponerse manos a la obra para pasar de las palabras a los hechos: La perspectiva estratégica de 2019, de la que se discurirá aquí.

Si puede hablarse de poli bueno y poli malo, este es el caso de la visita del presidente español a China: en plan bien. oye no te cierres (el proteccionismo cuesta miles de millones de euros) para que no se cierre Europa. Pero yo no quiero ¿eh? Entonces el poli malo, Ursula von der Leyen, en su discurso del 30 de marzo (aquí está, aunque en español tardará más). Que China pretende cambiar el orden mundial, para imponer su dominio, que no cabe hacerse muchas ilusiones sobre derechos humanos y tal. Y es verdad, Deng Xiaoping inició hace 45 años una apertura en muchos sentidos, pero ahora se va en la dirección  contraria… Con todo,  no ha dicho nada en realidad, nada que Pekín no supiera. Los diplomáticos resoplarán entre ellos y comentarán «ya están los europeos con la monserga de los derechos humanos y la democracia. Qué cansinos». Como siempre. La cuestión es decir: no nos olvidamos de que hay cosas que no están bien ¿eh? Por lo demás ¿cambiar el orden mundial y ponerse en el centro? Vamos…¿qué país no quiere eso? Bien es cierto que este ascenso a la corona mundial no se lleva a cabo sobre los valores de la UE (democracia,estado de derecho, derecho humanos, eliminación de barreras comerciales). China y Rusia pueden decir siempre que cada uno tiene su forma de implementarlo y que Europa y Occidente no deben imponer al resto del mundo sus valores.

Para entender un poco mejor la dinámica de las relaciones Unión Europea-China, nada mejor que abordar la estrategia de la UE ante China:

 

La política china en Europa en clave de rivalidad con la UE

Varios documentos y cumbres van a ser tratados en este apartado, :

La «Perspectiva estratégica» (2019)

21ª Cumbre UE-China (2019)

22ª Cumbre UE-China o Cumbre de Leipzig (2020)

23ª Cumbre UE-China por videoconferencia, 1 de abril de 2022

En esta entrada abordaremos la 21ª Cumbre y la primera parte de la Perspectiva Estratégica

En cuanto a la 21ª Cumbre UE-China, cabe destacar los siguiente:

La UE y China se «comprometen» a cosas que, básicamente no realizan. Es un buen termómetro de lo que se hace y no se hace. Cuando «nos comprometemos a» la letra pequeña es «porque no se hace«. En primer lugar, a reforzar la Asociación Estratégica UE-China. Bueno…tanto como Asociación…como se verá a continuación la Unión llamará a China «rival sistémico», así que. La diplomacia es así: nos damos leña entre nosotros de manera descarada, pero declaramos seguir cooperando y profundizando.  En segundo lugar,  Europa sigue comprometida con la política de «Una sola China«. Es decir: no reconocmemos Taiwán (lo cual molestaria someramente a China) pero actuamos como si lo reconociéramos. También se habla de multilateralismo y sujección a las reglas del Derecho Internacional. El problema es que las grandes potencias ya se sabe: suelen ignorarlo cuando les parece. Se abordó el tema de la competencia leal: como siempre, ya vale de entrar a la UE con créditos opacos que no siguen las reglas de la UE. También se «comprometieron» a aplicar el acuerdo nuclear con Irán que, sorpresa, China no solo no aplica sino que hace lo contrario.

También se habla de Ucrania, interesante, ya se veía por dónde irían los tiros, nunca mejor dicho. Se insta a las partes (Rusia y Ucrania) a seguir los Acuerdos de Minsk, un alto el fuego en la guerra de Ucrania (¡un momento! ¿no empezó en febrero de 2022? que se lo pregunten a un ucraniano). Tal conflicto estaba, por entonces, sólo limitado al Dómbass, este de Ucrania fronterizo con Rusia. Para nosotros el este del este, que ya es decir). Otros temas fueron la lucha contra el cambio climático o la cooperación en derechos humanos (el «compromiso», se entiende). Más de lo mismo.

 

La Perspectiva Estratégica (2019).

La China global afecta de lleno a los intereses de la UE en Europa. Observando las declaraciones o la estrategia frente a Pekín, pueden inferirse a su vez las preocupaciones e inquietudes de la UE al respecto. Dos instrumentos van a marcar el paso de la etapa ofensiva de Bruselas: la “Comunicación conjunta al Parlamento Europeo, el Consejo Europeo y el Consejo: UE-China: una perspectiva estratégica” (marzo de 2019, en adelante, la “Perspectiva Estratégica”)

Es una explícita declaración de intenciones sobre la táctica de la UE respecto a Pekín, en especial la Agenda Estratégica de Cooperación UE-China 2020, de marzo de 2019.

Constituye un claro mensaje a China: es el segundo socio comercial de la UE y con designios claros de convertirse en una potencia global, ahora política con la decidida mediación entre Rusia y Ucrania (que no es la primera mediación, pero por carácter global si es significativa). La UE saluda este ascenso chino y certifica, por decirlo de algún modo, el abandono de la condición de país en vías de desarrollo, así como su bienvenida al grupo de potencias determinantes del planeta, lo que implica consecuencias. Las mismas no son sólo derechos, sino también obligaciones: aquello a lo que aludíamos antes: la condición de actor mundial lleva aparejada una serie de responsabilidades globales. La idea que subyace es la siguiente: ser potencia global trasciende el hecho de exportar masivamente. Por el contrario, lleva aparejado compromisos. Es lo que la comunicación conjunta llama “equilibrio justo”.

En virtud de esta condición de potencia global, otra idea fundamental: China no será tratada por la UE como socio cooperador a secas como hasta ahora, sino como un como “competidor económico en la consecución del liderazgo tecnológico” y “rival sistémico en la promoción de modelos alternativos de gobernanza”.  En otras palabras, Europa será siempre un rival en intereses y en los valores relativos al sistema democrático, economía de mercado y estado de derecho.

Los tres objetivos de la Perspectiva Estratégica

La Perspectiva Estratégica bascula en torno a tres objetivos, a saber:

1) promover intereses comunes con China, reciprocidad en las relaciones económicas entre los dos actores;

2) defender y propiciar su “prosperidad, valores y modelo social a largo plazo”.  El resumen, puede decirse que la UE propugna el mantenimiento de los pilares del estado democrático, social y de derecho en un mundo en el que parece tener lugar un retroceso del mismo; ante el cuestionamiento del proyecto europeo desde dentro, por una parte, y la pujanza de China por la otra, que no necesita de valores democráticos para emerger con cada vez más protagonismo.

3) “Unidad plena para lograr el objetivo anterior. Se advierte que la UE debe ser una roca en sus decisiones en lo que atañe a China (”).  Esta cooperación se predica en especial sobre los países del 17+1 (grupo de estados de Europa central y oriental). China es consciente de cómo va socavando la credibilidad de la UE en la zona de dos formas

LA Agenda Estratégica, dentro de la Perspectiva, es un plan de acción concebido para los años 2019-2024, e incide en lo ya dicho: Va con segunda, por supuesto, es un claro mensaje sobre todo a China:

La Agenda establece cuatro prioridades, que resumo aquí, pero que puede mirarse aquí para saber más:

• proteger a los ciudadanos y las libertades.

La UE habla de UE defenderá los derechos y las libertades de sus ciudadanos contra las amenaza         s existentes y emergentes. Se hace especial mención a «ciberactividades malintencionadas», «amenazas híbridas», «desinformación con origen en otros estados y organizaciones hostiles  ¿De dónde puede provenir dicha amenaza? Pista: piensen mal, lo de amenaza híbrida no nos es desconocido.

• desarrollar una base económica sólida y dinámica;

Es como decir nada…¿quién no quiere una base económica sólida y dinámica. Pero, claro, hay letra pequeña: al mencionar «un mundo en el que cada vez se cuestionan más las reglas y normas comunes»(no me gusta señalar). Para luchar contra esto, la UE potenciará  la igualdad de condiciones, particularmente en el ámbito del comercio. Para ello hay que «garantizar una competencia leal dentro de la UE y a escala mundial, fomentar el acceso al mercado, luchar contra las prácticas desleales, las medidas extraterritoriales». Sí: es justo lo que están pensando, justo la forma de operar de Pekín, en especial en los Balcanes occidentales, donde no está aún incorporada la legislación comunitaria

• construir una Europa climáticamente neutra, ecológica, justa y social; otro dardo a la Ruta de la Seda y la industria china, por mucho que en sus lineamientos predique lo contrario.

• promover los intereses y valores europeos en la escena mundial.

Esto no precisa mucha explicación, ya hemos visto que el ascenso mundial que se da en China, que les va bien y que es una tentación hacer como ellos. Pues ante eso, la receta es pregonar la bondad de los valores europeos.

Por último, la Perspectiva Estratégica se estructura en  «cuatro apartados» y  «diez acciones concretas», que serán tratadas en la segunda parte de esta entrada.

China sabotea, en la medida de los posible, el proceso de ampliación de la UE

A China no le interesa la ampliación de la UE. Son estados en los que, legislación comunitaria en mano, China tiene menos que hacer.El problema para Pekín es que en una de esas zonas, los Balcanes Occidentales,  los estados son candidatos a la adhesión. Ello implica que, en teoría -y sólo en teoría- hay tienen que dar una imagen de que lo hacen. En las otra zona, Ucrania, Bielorrusia, Georgia, China puede estar tranquilo: ya se ocupa Rusia. A los chinos no les gusta el modo de operar de Rusia: demasiados tiros, demasiado ruido. Ellos son más de poco a poco… pero oye, otra cosa menos en qué pensar y encima Rusia es aliada.

China despliega varios medios  para minar el ascendente de la UE:

La primera herramienta es la concesión de  créditos sin condiciones (democráticas, reglas de competencia de la UE, entre otros). La situación es especialmente preocupante en los Balcanes Occidentales, donde el grupo de países de los WB6 no gozan del manto protector de la Unión pero tampoco tienen adaptada su legislación a los estándares comunitarios. El terreno es ideal para la entrada en tromba de China con sus créditos en unos países tan necesitados de los mismos. La UE va asistiendo económimente a los países a cambio de adaptar sus legislaciones a los estándares europeos (acervo comunitario o acquis). Dicho acervo suele pasar por materias como parámetros democráticos, respecto a los derechos humanos, o transparencia en las adjudicaciones. Los países deben cumplir para recibir asistencia financiera comunitaria… pero hay otra opción…

La opción es… (música de suspense)…  China, potencia que, en el contexto de la Nueva Ruta de la Seda, construye infraestructuras en muchos países europeos, en especial en los Balcanes Occidentales, codiciados por su situación geoestratègica: son la puerta de entrada a Europa. Estos estados están muy necesitados de infraestructuras, que China a su vez necesita para sus vías comerciales. Es más cómodo pedir un crédito a China, que te lo da sin hacer preguntas (porque es un amigo de verdad) que cumplir con las tediosas condiciones democráticas de la UE ( lo explico en  Xi Jinping y la Nueva Ruta de la Seda)

La segunda herramienta fue la diplomacia de las mascarillas, propiciada por el tiro en el pie que se da la UE durante la crisis del Covid-19. Mientras la UE se perdía en discusiones,  China apoyó a diversos países con material sanitario. No obstante, China no actúa gratis: deja a la UE desnuda frente a sus miserias, como son la solidaridad escasa de los miembros más ricos y menos afectados con los países más golpeados por la pandemia, o que cada país buscara material por su cuenta en lugar de hacerlo conjuntamente. China exhibe ante el mundo algo que podría resumirse como «mientras los burócratas comunitarios se pierden en discusiones, yo arrimo el hombro».  Europa acabó por reaccionar, poniéndose de acuerdo con un ambicioso plan de recuperación. El plan era necesario porque los países afectados lo precisaban, sí: pero también la UE de cara al exterior. Era perentorio lanzar al mundo un mensaje que contrarrestara el gol que la UE se había dejado meter por China en los momentos iniciales de la gestión de la crisis.

 

Hay más herramientas: amistad, amistad y amistad…verdadero amigo que es China: la Unión no ayuda, asfixia. En cambio China…»¿Está buscando llevar a cabo una infraestructura faraónica y anda justito? ¿sus credenciales democráticas son dudosas? ¿Se pone la UE muy pesada con el rollo de la democracia y los derechos humanos, haciendo todo más lento?NO busque más: Su banco es China. China. Tu banco».

 

Continuará en la próxima entrada

 

Esta entrada es parte de mi artículo, revisado, actualizado y ampliado:

«Amistades peligrosas: las relaciones entre Serbia, China y la UE en el contexto de la futura ampliación a los WB6»

ahora, en inglés

«Dangerous liaisons: relations between Serbia, China and the EU in the context of the future enlargement of the European Union to the WB6»
DOI: 10.17103/reei.41.02

con un pequño abstract

The aim of this study is to analyze the relations between Serbia, China, and the EU. These relations need to be viewed in a double context. On the one hand, there is Serbia’s accession process, which is being interfered with by China as a global rising power. Beijing, with its ambitious New Silk Road project, has emerged as a key player in Europe, particularly in the Western Balkans and specifically in the Western Balkans 6, which is the next area of EU enlargement. On the other hand, China’s influence on Serbia could determine its future as a Member State of the EU, as well as EU enlargement policy in the region

Disponible en:
http://www.reei.org/en/index.php/journal/num41/articles/amistades-peligrosas-relaciones-entre-serbia-china-ue-contexto-futura-ampliacion-wb6

Por Antonio Rando Casermeiro

Me llamo Antonio y nací en Santander en 1974, aunque soy, sobre todo, de Málaga. Soy licenciado en Derecho e Historia y doctor en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales por la universidad de Málaga y quisiera dedicarme a ello. Soy un apasionado desde pequeño del este de Europa, especialmente de los Balcanes y Yugoslavia. Me encantan las relaciones internacionales y concibo escribir sobre ellas como una especie de cuento. Soy apasionado de escribir también cuentos y otras cosillas. Desde 2013 resido en Colonia (Alemania)

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