China está implantándose con fuerza en el área, lo cual es lógico en tanto es una región con grave déficit no sólo de infraestructuras, sino también en lo relativo a estado de derecho, lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada, entre otros muchos males. Con todo, debe dejarse claro que las débiles economías de los BBOO no son a priori fundamentales para el comercio chino; tan es así que la introducción económica de China en la zona era hasta hace no muchos años escasa y sin implicar grandes esfuerzos, por tratarse de una región que se encuentra en todos sus indicadores a mucha distancia de Europa Occidental. Serbia queda de momento fuera de este análisis inicial y será objeto de descripción más detallada luego. No obstante, existe una razón de mayor peso para que China exhiba interés: una posición geoestratégica crucial para su Ruta de la Seda en su porción europea. Algún analista llamó a los Balcanes «la puerta trasera» o «cabeza de playa» de China en Europa
Los BBOO, se tratan específicamente en la Estrategia, prueba de su importancia para la Unión. De acuerdo con esto, la UE reivindica la zona como propio campo de influencia de manera clara: “la UE tiene un interés fundamental en proseguir de forma más efectiva sus políticas de ampliación y vecindad”. Esta hegemonía de la UE, discutida por otras potencias, implica, asimismo, proseguir en el refuerzo de los valores europeos en la zona. Lo dicho se afirma a su vez conminando a los países en especial, al grupo de los WB6 a seguir en la senda de las reformas que ahonden en la adopción de los Criterios de Copenhague. Dichos países han suscrito obligaciones internacionales con la UE en dicha línea. A cambio, los paises de la zona reciben cuantiosos fondos comunitarios como los IPA (preadhesión) y otros de ayuda al desarrollo. Con lo dicho, se exhorta a su vez a estos estados al cumplimiento de los compromisos que tienen suscritos con la UE. No es baladí esta cuestión, pues uno de los caballos de batalla de la UE es la lucha contra el fácil acceso a financiación por parte de estos países a través de los préstamos chinos, caracterizados por déficit de transparencia por parte de los países beneficiarios en su licitación. La UE destina un buen montante de fondos a estos países, aunque siempre a cambio de converger con los estándares comunitarios. Los créditos chinos estarían de este modo socavando en este sentido los esfuerzos de la Unión.
También en íntima relación con el asunto de los WB6, está la llamada “Estrategia de la UE para conectar Europa y Asia”, pues la zona es clave desde la perspectiva china para la penetración en Europa de la Ruta de la Seda. De acuerdo con lo dicho, la UE expone de igual forma que la Ruta no es el único proyecto para unir los dos continentes sino que forma parte de la agenda europea. De lo expuesto se deduce que –al menos desde el enfoque europeo- China es uno más de esos terceros países y no el líder, o al menos esa es la intención de la UE. A continuación, la Organización vuelve a advertir a China, al dejar patente que dicha conectividad entre los dos continentes se realizará “sobre la base de las normas y estándares internacionales. Los principios clave de la cooperación de la UE en materia de conectividad son la financiación, la sostenibilidad medioambiental y social, la transparencia, la contratación abierta y la igualdad de condiciones”. Es una forma velada de denunciar de nuevo la opacidad de los créditos chinos a los países de la Ruta y en especial el tramo europeo, con singular énfasis en los WB6, los más vulnerables y susceptibles de quedar atrapados en la trampa de la deuda china -si es que no han comenzado ya. El tiempo juzgará, tras la superación de la crisis sanitaria y económica subsiguiente provocada por el SARS-CoV-2 y la de Ucrania, que se solapa, en qué situación quedan los componentes del área.