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A lo largo de dos artículos, iremos desgranando las implicaciones que se derivan del tristemente célebre beso en los labios  de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de  Fútbol (RFEF)  a la jugadora Jenni Hermoso. Dicho beso no fue consentido y tuvo lugar durante las celebraciones con motivo de la conquista de la copa mundial de fútbol femenino por la selección española  el domingo pasado (20/08/2023).

Pero el deporte es política, también; y «Marca España» 1 si se quiere. La victoria en el mundial masculino en 2010 potenció la percepción de España en el exterior. Trece años más tarde, la victoria de la selección femenina trasmite al mundo unos valores de una España que apoya a sus deportistas femeninas (bien es cierto que no fue coser y cantar) que son capaces de llevarse por delante a selecciones como Holanda, Suecia o Inglaterra, que sí apoyan al fútbol femenino: aquí está España, en igualdad de condiciones, se exporta al mundo. También fue una esperanza para la situación del deporte practicado por mujeres en Hispanoamérica: una periodista colombiana preguntaba a una flamante campeona Alexia Putellas qué podía decir para sus colegas colombianas o latinoamericanas, qué podían hacer las niñas de allí para ser como ellas: las españolas eran un modelo. Lástima que, como veremos a continuación, se manchó todo este mensaje positivo.

Aunque hoy toque fútbol, no lo es todo; hay varios ejemplos más, a saber: «la Familia», como se denomina a la generación más talentosa del baloncesto español,  Arantxa Sánchez-Vicario, Rafa Nadal o Carlos Alcaraz, en el tenis, o Ana Peleteiro en atletismo, por citar sólo a algunos y a algunas, son excelentes embajadores no sólo del deporte español, sino de algo más: suponen un activo de la política exterior española, algo que cuesta muchísimos años y paciencia consolidar, y que puede arruinarse por un comportamiento captado por las cámaras de todo el mundo en el momento preciso. Se puede decir sin lugar a dudas: la imagen de España ha quedado dañada.

 

Los hechos: valores cavernícolas como elementos constitutivos de la «Marca España»

No creo que haya, a estas alturas, una sola persona en España y parte del extranjero que no haya visto -con sudores fríos de vergüenza ajena y bochorno- el famoso beso. No vamos a meternos aquí en la vertiente penal del asunto, donde los juristas  ven un delito de agresión sexual claro 2. Que eso es otra, que te agüen la fiesta por conseguir tu mayor logro deportivo y que tengas que estar pensando en denunciar o no denunciar y en ser el foco mediático por algo que trasciende el ámbito deportivo. Se está hablando mucho más del deplorable comportamiento de Rubiales que de la hazaña de ganar un mundial y la gloria mundialística. Cuando los chicos ganaron la copa del mundo en 2010, asistimos a semanas de análisis, de celebración de un triunfo más que meritorio, se nos pusieron -hasta la saciedad, todo hay que decirlo- los goles -el gol- desde los más diferentes ángulos y se llevaban a cabo los más diversos estudios. Por el contrario, lo que copa todas las portadas no es lo deportivo, sino aquello-que-todos-sabemos.

Con el paso de los días, hemos ido viendo que el famoso beso fue sólo una de las perlas -la estrella, eso sí- del proceder burdo y zafio de alguien, que -no lo olvidemos- nos está representando ante el mundo: un mundo que contempló atónito, en un escenario privilegiado como el de la final de la copa del mundo, la conducta mencionada.

Sin embargo, el beso aludido no fue el único de los desmanes cavernícolas de este señor, si no sólo uno de un largo rosario, pues llevaba tiempo viniéndose arriba: previamente ya había abrazado y besado de forma -utilizamos sus palabras- efusiva, más que efusiva, a las jugadoras Aitana Bonmatí, Salma Paralluelo o Alexia Putellas, arrasando el espacio personal de las futbolistas;  y, cuidado, que la reina Leticia se libró de milagro porque, con independencia de atentado contra las mínimas nociones de  protocolo, decoro y profesionalidad que supone, también la abrazó, atrayéndola hacia sí y diciéndole algo “muy bajito en el oído”, como en una versión de pesadilla de la canción del famoso cantautor gaditano “El Barrio”:

«besar con propiedad
la noche con el ron
fueron testigos de las cosas
que te dije muy bajito
en el oído»

Como ya anticipaba: no se besó con propiedad, sino inapropiadamente. Además, con o sin ron, Rubiales estaba borracho -de euforia, se entiende- por lo que bajó al vestuario a seguir empeorando las cosas, “anunciando” la boda en Ibiza con Hermoso. Como si la reciente campeona del mundo no tuviera bastante con el beso que -quedó grabado- no le gustó en absoluto: arreglar un incendio echando gasolina. Muy bien. Estas dos acciones, sólo una de ellas, debería haber bastado para el cese fulminante del mandatario del fútbol español; sin embargo, tardará todavía cinco días.

No obstante, hay más: el presidente de la RFEF también cargó a la jugadora española Athenea del Castillo en el campo, agarrando muslamen: es la imagen del trogloditismo en estado puro, que sólo podría haber sido perfeccionada por un bastón en la otra mano que -mire Ud. por donde- estaba libre; es el sueño húmedo del trío Ozores-Esteso-Pajares en la época del destape. Vale que dicha modalidad de cine era -según Esteso- feminista, pero no sé yo, no sé yo…

No, no es todo: ¡qué decir de agarrarse los genitales como modo de celebración de la victoria española delante de todo el mundo, quedando inmortalizado tan «glorioso momento». Un “¡toomaa!” con retintín (algunos malintencionados sostienen que es un gesto también de venganza, por las jugadoras «caprichosas» que se plantaron ante la RFEF exigiendo condiciones que las acercaran un poco sólo a las de sus colegas masculinos 3. Malas lenguas aparte, la reina Leticia ya es mayorcita y -vergüenza internacional aparte- pues bueno: no va a ser la primera que vea a un hombre agarrarse sus partes. Lo peor de todo es que estaba justo al lado de una menor, la infanta Sofía. No hay límite. Es de creer que, tras la orgía de actitudes machistas, el beso fue sólo el colofón: «si, total, puedo hacer lo que me dé la gana». No es menos cierto que luego se disculpó, diciendo, entre otras lindezas que no hubo mala fe por ninguna de las dos partes. En fin.

Reacciones internacionales

Las reacciones no se hicieron esperar. La estrella estadounidense Rapinoe, criticó con dureza lo sucedido, y todos los periódicos latinoamericanos, en especial México, donde juega, precisamente, Jenni Hermoso (Pachuca 4). Las reacciones no se hicieron esperar. La estrella estadounidense Megan Rapinoe, referente mundial del fútbol femenino, manifestó su disgusto  por  el profundo nivel de misoginia y sexismo» existente en el fútbol femenino. LA FIFA, el máximo órgano del fútbol a nivel mundial, abrió expediente disciplinario5. Rubiales va a dimitir de manera inminente pero tardar cinco días en hacerlo ha puesto en solfa la credibilidad y el compromiso con la igualdad del fútbol español… y de la sociedad misma.

El deporte es política

Todo es política, y el deporte no lo es menos. Ya hemos visto aquí, y ,también, en nuestra web amiga-, aquí. Nuestro viejo conocido- y dios tenístico- Nole siempre ha protagonizado diversos, por así decirlo, episodios curiosos. Algunos jocosos y otros no tanto. Vamos con los ejemplos comentados en los hiperenlaces señalados: el primero, la no vacunación contra la COVID del tenista serbio en 2022. Las autoridades australianas le prohibieron la entrada al país porque era un requisito obligatorio e inexcusable, por muy dios del tenis que seas.

Lo dicho provocó un verdadero revuelo en su país: el presidente Aleksandar Vučić (y otras personalidades de la política serbia) identificó a su tenista de élite poco menos que con un paladín serbio de la injusticia que, según el gobierno serbio, comete gran parte de la comunidad internacional contra su país. En el segundo ejemplo, durante el Roland Garrós de 2023, Đoković fue también la estrella de otro momento polémico al hablar sobre Kosovo como parte de Serbia. En ambos casos, es política: y Nole sabe que decir eso utilizando el amplificador de un evento deportivo como Roland Garros va a llegar a todo el mundo. Parafraseando la conocida cita: “cuando Novak despertó, la política seguía allí».

Poder blando y diplomacia del deporte

Diplomacia pública y poder blando

La diplomacia (pública) tiene como objetivos el impulsar el interés nacional, ejercer impacto positivo en la percepción internacional y fomentar la apreciación de una cultura diferente, también en el aspecto positivo; es decir: llevar a cabo una política exterior que maximice los objetivos del estado en cuestión. Dentro de la diplomacia pública, cobra especial interés el concepto de soft power (poder blando).

El término fue esbozado por Joseph Nye en 1990, aunque su contenido no fuera nuevo por entonces. En cualquier caso, el éxito del vocablo ha sido absoluto hasta la fecha. Resumiendo: los estados tienen dos posibilidades de llevar a cabo sus intereses: por las malas (guerra, coacción, sanciones, etc.) o por las buenas: el poder blando ¿cómo? cayendo bien; y para tal cometido, tienes que dar una buena imagen.

En España, hay varios elementos (no pretendo ser exhaustivo): el idioma, la música, el flamenco, el clima, la cultura nocturna o la gastronomía -algunos afirman que el reguetón. Y es que resulta más atractivo hacer una comida de negocios con vistas a las dunas de Bolonia, con pescaíto frito o en la costa malagueña con un espeto de sardinas y un buen vino que, por ejemplo, en una ciudad perdida en medio de Siberia, aunque lo que queramos vender sea lo mismo.

Ya dejé dicho que el deporte es una buena herramienta de poder bando, en la próxima entrada -que saldrá muy pronto- abordaré el deporte como potente herramienta de la política exterior: comentaré el caso español, con el mundial de fútbol España´82 y los Juegos Olímpicos de Barcelona´92. Los eventos deportivos son un activo de primer orden en la proyección de la imagen de un país. No obstante, veremos que, a veces, los eventos deportivos los carga el diablo….

Por Antonio Rando Casermeiro

Me llamo Antonio y nací en Santander en 1974, aunque soy, sobre todo, de Málaga. Soy licenciado en Derecho e Historia y doctor en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales por la universidad de Málaga y quisiera dedicarme a ello. Soy un apasionado desde pequeño del este de Europa, especialmente de los Balcanes y Yugoslavia. Me encantan las relaciones internacionales y concibo escribir sobre ellas como una especie de cuento. Soy apasionado de escribir también cuentos y otras cosillas. Desde 2013 resido en Colonia (Alemania)

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