Buenos días a todos/as:

Hoy inauguramos sección o categoría. Se trata de algo apasionante y decisivo en la historia mundial, sobre todo europea: los Balcanes. Bajando en escala, se ubican los Balcanes Occidentales 6 (WB6, de Western Balkan 6, los llaman la mayoría, por sus siglas en inglés, y creo que es más práctico que BB.OO.

Los WB6 son un grupo de países formado por Albania, Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Macedonia del Norte, Montenegro y Serbia. En realidad, debería llamarse WB5,  pues Kosovo no es un territorio que reconozcan todos los países  y su proceso de reconocimiento está un poco al margen de lo que suele estipular el derecho internacional. No obstante, venga, va: decimos WB6 y ya está, para no liarnos y porque casi todos, la inmensa mayoría, lo llama así, siquiera sea para economizar.

Este grupo de países presenta una peculiaridad: que todos menos Albania pertenecieron a Yugoslavia. En la actualidad, estos estados son la última frontera de la Unión Europea. Todos quieren incorporarse al club comunitario y son estados candidatos a la Unión Europea, siendo el último en adquirir tal condición Bosnia-Herzegovina (BiH). En el año 2022 la UE dio curso a más candidaturas con motivo de la guerra de Ucrania. Es quizá por lo que se aceleró la concesión del estatus de candidato oficial a la UE a BiH a finales de 2022. Pero eso es otra historia.

Los WB6 son la última frontera europea, decíamos, porque no es probable que Bielorrusia, Ucrania, Moldavia o Georgia formen parte del club comunitario. Y viendo como se lo toma Rusia, mejor ni pensarlo. Esa es precisamente la cuestión. Los WB6 son, como quien dice «terra nullius«: no «pertenecen» a nadie. Es por eso que tanto Rusia, tradicional actor en la zona, como China, intentan tomar la mayor influencia sobre estos países antes de que formen definitivamente parte de la UE, cuando ya no sea posible seguir saltándose la legislación comunitaria, especialmente en materia de competencia, algo que la UE tiene (aún más) claro desde su Perspectiva Estratégica (2019).

Pero no es tan fácil, claro: hay algo más. Siempre hay algo más cuando se trata de los Balcanes. España y Portugal, por ejemplo, no tenían economías potentes a finales de los años 1970, cuando solicitaron el ingreso en la UE, y estaban a años luz en mentalidad, modernidad y otras materias de los países más ricos: acababan de salir de dictaduras que habían sumido a los dos países en un muermo obsolescente. Pues nada, manos a la obra. Para 1986 ya eran estados miembros, con más o menos esfuerzos para conseguirlo… pero en los WB6 nada es lo que parece.

Traeré a colación un pasaje de «Los novios», de Alessandro Manzoni (genial novela que recomiendo), que puede ilustrar muy bien el asunto. Se trata de dos enamorados (enamorada y enamorado) que quieren hacer una cosa en apariencia sencilla como casarse (algo parecido a aquello a lo que aspiran los WB6, pero con la UE), pero les es imposible, porque se topan con poderes enormes a los que no pueden hacer frente. En e caso de los WB6 ni siquiera es fácil al principio:

—Tenga usted muy buenos días, señor cura. Vengo a saber a qué hora le parece a usted que podemos casarnos.

—Sin duda querrás decir qué día.

—¿Cómo qué día? ¿No se acuerda usted que hoy es el que está señalado?

—¿Hoy?-replicó D. Abundo, como si fuera la primera vez que oía hablar del asunto.-Hoy… hoy: pues ten paciencia, porque hoy no puedo.

—¿No puede usted hoy? ¿Qué ha sucedido?

—Ante todo, estoy desazonado.

—Lo siento; pero es tan poco y de tan corto trabajo lo que tiene usted que hacer…

—Luego hay… hay…

—¿Qué es lo que hay, señor Cura?

—-Hay embrollos.

—¡Embrollos! No sé qué embrollos puede haber.

—Fuera preciso estar en mi lugar para saber cuántos entorpecimientos se encuentran en este oficio, cuántas cuentas hay que dar. Yo soy demasiado blando de corazón; trato de vencer obstáculos, de facilitarlo todo, de hacer las cosas a gusto de los demás, y luego para mí son las reconvenciones.

—Por amor de Dios, no me tenga usted en ascuas; dígame usted de una vez lo que hay.

—¿Sabes tú cuántas formalidades se necesitan para hacer un casamiento en regła?

—Algo debo saber de eso,-dijo Lorenzo, empezando a alterarse,-pues tanto me ha quebrado usted la cabeza estos días pasados; pero ahora, ¿no se ha hecho todo lo que había que hacer?

—Sí, todo: a ti te lo parece. El tonto soy yo, que para que las gentes no penen he dejado de cumplir con mi obligación; pero ahora… basta; sé lo que me digo. Nosotros los pobres curas nos hallamos entre la espada y la pared; vosotros impacientes… Yo a la verdad te disculpo, pobre muchacho; pero los superiores… Basta; no se puede decir todo: nosotros, en fin, somos los que pagamos el pato.

Pues sí: hay embrollos y muchos interrogantes: que iremos intentando desgajar en sucesivas entradas y que, a este paso, me temo que dichas entradas las van a tener que hacer mis nietos: porque esto no camina.

Hay varios factores que distorsionan un proceso de ampliación que debería seguir su rumbo sin imprevistos.

1. algunos de estos países han salido de guerras de agresión y tienen -en el momento de comenzar el camino de la adhesión a la UE- asuntos pendientes. Serbia y Croacia debieron cooperar con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia(TPIY) al objeto de facilitar la entrega de personas buscadas por haber cometido crímenes contra la humanidad. La UE exige dicha cooperación o no hay adhesión.

2. En el caso de Serbia, debe recomponer (porque así lo demanda la UE) sus relaciones con varios de sus vecinos, algo explicable si se piensa que Serbia ha mantenido en los años 1990 guerras con Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo. Kosovo como parte de Serbia, pero eso es otra historia. Y duele: Bruselas le pide a Serbia poco menos que se avenga a reconocer a su antigua provincia (según el derecho intencional, sigue siéndolo…pero en fin, también España sigue siendo potencia administradora del Sáhara Occidental y ¿a alguien le ha complicado el día a día?)

3. Las reticencias de una Unión Europea temerosa de que, una vez estos países -es un decir- sean parte de la Unión, provoquen quebraderos de cabeza a Bruselas. Hasta entonces, las ampliaciones de 1986 (España y Portugal) o de 1995 (Austria, Finlandia y Suecia) fueron sencillitas: occidentales y europeístas. Pero hubo una ampliación masiva de 2004 a 2013, y muchos de estos países -con trasfondo histórico y cultural que tiene poco que ver con los miembros que hasta entonces integraban la UE- no están demasiado por la labor: hablamos de Hungría y Polonia -entre otros-, que avanzan en la senda de la merma del estado de derecho (uno de los pilares de la UE) y, hasta la invasión de Ucrania, yendo un poco por libre y manifestando especial querencia por Vladimir Putin, saboteando la política exterior comunitaria. Es cierto que tras la invasión, se mostraron más proclives al entendimiento, pero la UE tiene abiertos contra ellos varios procedimientos de sanción. La UE está cansada de los problemas que crea la ampliación: se llama cansancio por la ampliación, precisamente. Y los WB6 son países aún más distintos, mucho más extenuantes, por lo que la Ue hace un poco de cura de la conversación anterior. Siempre poniendo excusas. Siempre hay embrollos

4. Y es que los WB 6 pueden suponer una vuelta de tuerca más: con una Serbia -la de Aleksandar Vučić, que se niega a condenar la agresión contra Ucrania o a adoptar las sanciones, y que declara que no quiere cortar sus lazos con un «país amigo» como Rusia…o China. Pekín

vende a Serbia, aprovechando el limbo jurídico de la ausencia de legislación comunitaria, insumos con tecnología de reconocimiento facial que la UE no aprueba… y es sólo un ejemplo. Para colmo de males, la población no está en absoluto volcada con la membresía comunitaria y sigue considerando amigos a China y a Rusia, ignorando que la UE es con mucho el principal contribuyente al desarrollo de la zona. Hablamos se Serbia como muestra y país más importante, pero en otros puede haber problemáticas parecidas.

Espero que os sea de ayuda, provecho, y sobre todo, entretenimiento («diversión» quizá sea venirse muy arriba)

Por aquí estaremos.

Por Antonio Rando Casermeiro

Me llamo Antonio y nací en Santander en 1974, aunque soy, sobre todo, de Málaga. Soy licenciado en Derecho e Historia y doctor en Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales por la universidad de Málaga y quisiera dedicarme a ello. Soy un apasionado desde pequeño del este de Europa, especialmente de los Balcanes y Yugoslavia. Me encantan las relaciones internacionales y concibo escribir sobre ellas como una especie de cuento. Soy apasionado de escribir también cuentos y otras cosillas. Desde 2013 resido en Colonia (Alemania)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *