Jóvenes ex-Yugoslavos que cantan y bailan….
Antes de nada, aquí os dejo uno de los múltiples enlaces para escuchar la canción:
Comentábamos en el «capítulo» anterior de esta entrada la sorpresa que me produjo ver a jóvenes de las nacionalidades que antaño integraron Yugoslavia, muchas de las cuales habían guerreado entre sí, entonar con los brazos entrelazados una canción que defendía la unidad yugoslava. El tema en cuestión era «Pljuni i zapjevaj moja Jugoslavijo«, del álbum del mismo nombre, noveno del grupo de rock- folk yugoslavo «Biejelo Dugme». En el post anterior, también hablábamos del grupo multiétnico que compuso la canción, ahora es cuando nos ocupamos del tema propiamente dicho.
La Yugoslavia multiétnica: un enfermo terminal
Su estribillo es aún más emotivo, proclamando «Jugoslavijo na noge!«, que es algo así como «Yugoslavia, en pie». La expresión podía utilizarse por la hinchada de cualquier deporte para animar al equipo nacional. Sin embargo, también para infundirse ánimos, para que no se rompiera Yugoslavia, aquejada de numerosos problemas de todo tipo; de hecho, numerosos observadores se referían al país como un enfermo terminal. Y realmente era una buena descripción. Dicha sensación es la que cundía en aquel momento: Yugoslavia se estaba desintegrando. La guerra no había llegado aún, si bien no faltaban observadores que estaban seguros no de que Yugoslavia no sólo explotaría, sino de que lo haría, además, con violencia extrema, como cuento en otra entrada.
Cantando y escupiendo (rabia)
Volvemos a la famosa canción. La traducción viene a ser algo así como «escupe y canta». En un ejercicio motivacional que exhorta a permanecer unidos ante las adversidades. Vale… ¿y lo de escupir? porque, seamos sinceros: muy motivador no parece. Pues resulta que sí, y que su fin era infundirse fuerza. Lo cuento: escupir solía y suele ser algo que los campesinos en Yugoslavia hacían al principio de la jornada, como para darse ánimos ¡qué cosas! (Ticho: gracias). Debe ser algo similar a nuestro «escupe rabia». La canción no es la única que habla de la diversidad yugoslava, ya en un álbum anterior se elogiaba dicha multietnicidad, pero no de una forma tan vehemente como ahora. La letra de la canción: una declaración de amor
La composición, todo hay que decirlo, nació ya con voluntad random antes de que se empleara dicha palabra para referirse a algo particular.
Comienza con un clarinete o flauta, le siguen una especie de sirenas, in crescendo, y llega la primera parte cantada, sobre el 0:42:
«Pljuni i zapjevaj» – grita y escupe
Luego viene la estrofa cantada: rock ochentero con sintetizadores y batería monótona pero intensa y acompañado todo de guitarrazos cañeros. Como todos: estamos en 1986 y, en primer lugar: lo han hecho hasta los heavymetaleros más duros de entonces y, en segundo lugar, había que usar el equipo del álbum anterior. Estamos aún en la (gloriosa) época analógica y hay que aprovechar un equipo que es caro y difícil de conseguir; más aún en Yugoslavia por mucha relación con Europa occidental que hubiera en comparación con el resto del bloque socialista.
Vamos a ir desgajando los distintos versos, empezamos con la primera estrofa:
Pljuni i zapjevaj, moja Jugoslavijo
Matero i maćeho, tugo moja i utjeho
Moje srce, moja kućo stara
Moja dunjo iz ormara
Moja nevjesto, moja ljepotice
Moja sirota kraljice, Jugo, Jugice
- «Pljuni i zapjevaj, moja Jugoslavijo«: Canta y escupe, mi Yugoslavia (ver arriba)
- «Matero i maćeho, tugo moja i utjeho«: «Madre y madrastra, tristeza mía y consuelo»
“Madre” está claro; “madrastra” puede ir el significado no por la mala malísima de algunos cuentos infantiles, sino por una especie de “madre adoptiva” de esos eslavos del sur siempre repartidos en otros imperios (Venecia, Imperio Otomano, Austria-Hungría, Italia), y que “ahora”, o desde la Yugoslavia surgida con Tito en 1945 están más unidos y fuertes que por separado: esto ha sido el consuelo de estos pueblos pero se sufre por la situación actual.
- «Moje srce, moja kućo stara»: «mi corazón, mi vieja casa«: seguimos con los piropos
Esto ya es más curioso:
- «Moja dunjo iz ormara»
Mi membrillo del armario«, literalmente. Es otro piropo: los membrillos se usan para decorar o aromatizar los armarios (Ticho, gracias). Algo que huele bien, en cualquier caso (gracias Nataša). En cualquier caso, no recomiendo llamar «membrillo del armario a vuestra pareja» por mucho amor que se le profese, porque la intención es buena, pero igual se lo puede tomar a mal. Yo aviso
- «Moja nevjesto, moja ljepotice»: «Mi novia, mi belleza»
Belleza como quien dice “pivón/a”
- «Moja sirota kraljice, Jugo, Jugice»:
«mi reina enferma,
Yugui, Yugoslavita», realmente, es mejor dejar sin traducir
«Mi reina enferma» hace referencia a la Yugoslavia multiétnica, gravemente enferma, si bien los músicos ignoraban aún que estaba enferma de muerte
vamos con la segunda estrofa:
«vaj hljeb, evo lomim,
Moja Jugoslavijo,
Za tebe i bolje dane,
Konje neosedlane
Ovdje kome ne porastu zubi,
E, kukala mu mati.
Ovdje nikad neće čopor naći,
Ko ne nauči urlati«
Vamos verso por verso:
- «vaj hljeb, evo lomim,
Moja Jugoslavijo, - Za tebe i bolje dane«
«este pan, aquí lo rompo/mi Yugoslavia/para ti y para días mejores»
Es una expresión que equivale a «compartir». Romper el pan, quitar un trozo; se supone que para compartirlo con otra persona.
En cuanto a los días mejores, está claro: Yugoslavia no atravesaba sus mejores momentos. De hecho, unos mucho peores, con diferencia, estaban por venir.
- Konje neosedlane
Significa literalmente caballos sin montar o sin domar. En español podía ser algo similar a «diamante en bruto». Habla naturalmente de las potencialidades de esa Yugoslavia que aún no se han desarrollado; lo que puede dar de sí el país -para bien- en el caso de aprovechar las oportunidades. Lo dicho puede contraponerse a la marcha de las cosas, en un momento en que se explotaba lo negativo (diferencias étnicas) en vez de lo bueno (lo mucho que les une).
- «Ovdje kome ne porastu zubi»
Puede traducirse como «aquí hay mucha gente a la que no le han crecido los dientes«, sinónimo de inmadurez, de la clase política o gente de a pie que no está a la altura de las circunstancias…¿echaban de menos a Tito? Probablemente: fallecido el líder yugoslavo, todo se fue a pique, ayudado por supuesto por una terrible crisis económica que saca lo peor de las personas.
Seguimos:
- «E, kukala mu mati.
Ovdje nikad neće čopor naći,
Ko ne nauči urlati»
«E, kukala mu mati» es una exclamación de tristeza, literalmente «lloro, madre»
«Ovdje nikad neće čopor naći, /Ko ne nauči urlati»
No encuentra una manada, quien no aúlla. Nuestro «quien no llora, no mama». Como curiosidad hay que decir que en italiano urlare también significa gritar o aullar: mucha influencia veneciana medieval y moderna que se ha quedado en el idioma.
La manada a que se hace referencia es Yugoslavia. Si no aullamos, no encontraremos una manada a la que pertenecer, una protección. En lugar de ello, vamos por nuestra cuenta (antagonismos étnicos), siendo a la postre peor para nosotros en conjunto, pues siempre es más conveniente permanecer unidos que separados.
A continuación, se para la parte más guitarrera y rockera y se pasa a un coro, sustituyendo las anteriores guitarras por una melodía que parece un aullido lastimero, para cantar sin el acompañamiento de la percusión
«Jugoslavijo na noge,
Pjevaj nek’ te čuju,
Ko ne sluša pjesmu,
Slušaće oluju!»
Jugoslavijo na noge,
Pjevaj nek’ te čuju
«Yugoslavia, en pie (=ánimo)
«canta, para que podamos oírte»
¿Qué le pasa a Yugoslavia? si la oímos, si intentamos solucionar sus dificultades, quizá podamos ayudar. Por el contrario, si no nos dedicamos a crear más problemas y rivalidades, nos irá peor a todos.
Ko ne sluša pjesmu,
Slušaće oluju!
En línea con los versos anteriores: «quien no escucha la canción, no escuchará la tormenta«.
En esos tiempos se hizo más por discutir e ir produciendo una escalada que desembocará en una situación irresoluble, que en examinar al paciente enfermo para intentar curarlo. En mi opinión, no se habla de Yugoslavia solo, sino también del exterior, de fuera. Los analistas, como se ha dicho al principio, ya aseguraban que los acontecimientos se precipitarían con violencia si no se hacía algo. En segundo lugar, la comunidad internacional estaba más pendiente de escuchar los problemas y reivindicaciones (secesionistas) de croatas, eslovenos o albanokosovares que de toda Yugoslavia en general: “no escuchan la canción” y ahora “vendrá la tormenta”. La gente quería cambios, y no todos iban en la línea de romper Yugoslavia. Como veremos a continuación, la población quería más democracia y libertad: también los serbios, que fueron los grandes olvidados, algo normal si quien estaba en la élite promovía la violencia.
En fin, el resto es estribillo y repetir estrofas ya mencionadas que ya hemos visto. Hay un final apoteósico con una especie de bocinas de coches de los tiovivos de feria. Las sirenas pueden entenderse a tenor de la situación de alarma que realmente existía…o era simplemente producto del momento musical ochentero-abuso-de-sintetizadores mencionado.
Curiosidades de la ya por sí curiosa canción
Eye of the Tiger y afán de lucha
Lo cierto es que la canción recuerda por momentos a la famosa «Eye of the tiger» del grupo Survivor, exitazo que fue parte de la banda sonora de la película Rocky III, compuesta en 1982, cuatro años antes de Pljuni i zapjevaj…
La letra de dicha canción es muy parecida en la temática; y bien podría haberse aplicado a la situación yugoslava; y hay pasajes especialmente ilustrativos «Rising up, back on the street, did my time, took my chances«,el «levantarse después de una adversidad y luchar con determinación contra ella» de toda la vida. Si lo comparamos con «Jugoslavijo na noge«, mencionado arriba, los paralelismos saltan a la vista. Además, «ojo de tigre» es una piedra semipreciosa que en teoría te da fuerza, pero también, evidentemente, el ojo de tigre habla de la determinación «de tigre» que se precisa para focalizarse en una meta.
En fin, que letra y música de ambos temas se parecen, sobre todo en 1:25 y 2:05 (el estribillo):
It’s the eye of the tiger/It’s the thrill of the fight/Rising up to the challenge of our rival/And the last known survivor/ Stalks his prey in the night /And he’s watching us all / With the eye of the tiger
…más o menos viene a decir lo siguiente:
Es el ojo del tigre / es la emoción de la pelea / Emergiendo para enfrentar a nuestro rival / Y el último superviviente conocido / acecha a su presa en la noche, /y nos está mirando a todos, / con el ojo del tigre.
En «Pljuni i zapjevaj moja Jugoslavijo», se dice, a partir del minuto 1:07, con casi la misma música y notas, lo siguiente:
Mi corazón, mi viejo amigo / mi membrillo del armario /mi novia, mi preciosidad/ mi pobre reina…
En suma, no estamos en disposición de asegurar si Pljuni i zapjevaj… estuvo inspirada en Eye of the tiger o no: en esto de la música pasa como con los artículos, que uno se cree que ha hecho algo nuevo y de repente te encuentras que tan nuevo no es.
En cualquier caso, como hemos visto, la canción no era precisamente una oda al régimen yugoslavo
El contexto: crisis del estado en todos los ámbitos
El tema se compuso en 1986, seis años después de la muerte de Tito y el año -atentos al dato- en el que Slobodan Milošević es nombrado presidente de la Liga de los Comunistas de Serbia.
Volviendo a Tito, dicho líder ha sido definido por muchos como el «pegamento» que mantenía unido a Yugoslavia. Tras la desaparición del carismático personaje y con una crisis económica gravísima, cada uno pensó en su propia solución; y no existía un árbitro de la talla de Tito para mediar en todo aquel caos, sino más bien uno (o varios) incendiarios al mando. Sin nadie competente al timón, Yugoslavia resistió algo, pero acabó desintegrándose en la década de 1990. Fue un proceso complejo, lejos de explicaciones fáciles y simplistas, de lo que se ha escrito -y seguirán escribiéndose- ríos de tinta. Para abreviar, de manera resumida, puede hablarse de varias causas: 1) tensiones étnicas y nacionalistas entre las distintas etnias que componían la federación yugoslava, una tensión que no viene de repente, sino ya desde los años 1970 y 1980 y que hunde sus raíces en otras causas, como 2) una brutal crisis económica con inflación, desempleo y empeoramiento de la calidad de vida general de la población; y ahí están los nacionalismos -agresivos, se entiende- para buscar culpable; 3) el contexto general, desintegración de la URSS y del bloque del Este, destacando la caída del Muro de Berlín. Se dice que las tensiones étnicas que permanecían agazapadas acabaron por estallar, pero si hubieran tenido prosperidad económica y estabilidad política dentro y fuera, otro gallo hubiera cantado.
Es todo un círculo vicioso, aunque a veces se han leído explicaciones en el sentido de «es que se odiaban, no podía ser, los balcánicos son así», dicho un poco a lo bruto pero más o menos con esa idea; y 4) las potencias internacionales (las viejas de siempre y las nuevas como la recién unificada Alemania). Estas, por una parte, proclamaban la integridad territorial yugoslava pero, con la boca chica, apoyaban a uno u otro de los contendientes, cayendo del mismo modo en un simplismo maniqueísta que se centraba más en las reivindicaciones de los nacionalistas que en otro sector que quería cambios (ver arriba). Al aplicar esta política, se dejó vía libre a extremistas como Milošević y a otros como Franjo Tuđman. El líder croata supo venderse mejor en un contexto de agresividad serbia que mandaba al mundo una pésima imagen. Tuđman se caracterizó por un nacionalismo y revisionismo histórico que llegaba a negar o a quitar peso a los crímenes cometidos por el estado croata títere de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Croacia fue el país atacado, pero no hay que olvidar que se convirtió también en atacante…de los bosniomusulmanes a lo largo de la guerra.
En la tercera entrada, que vendría a ser el capitulo 3 de esta «entrega», analizamos el contexto histórico de la canción.