Un asunto muy controvertido y una exigencia muy dolorosa
En esta entrada trataremos de explicar brevemente cómo ha sido el proceso de (no) independencia de Kosovo, cuestión controvertida en la actualidad internacional. Y es que la cuestión es que el territorio no está aún reconocido como estado de manera unánime por toda la comunidad internacional. El problema es que entre los estados que se niegan a considerar a Kosovo como un estado, están algunos de los de mayor peso en las relaciones internacionales, así como una serie de potencias medias nada desdeñable, como se verá a continuación. Como ya he aclarado, no es mí intención de llevar a cabo un análisis jurídico exhaustivo, ya que para la materia existen multitud de estudios con mucho mayor detalle. Simplemente quiero introducir un poco este decisivo elemento, pues nos servirá a lo largo de posteriores entradas sobre Serbia o el proceso de adhesión de la misma a la UE.
Antes de nada, cabe decir que Serbia es libre y tiene autonomía, como país soberano que es, de reconocer a un territorio o de no hacerlo: no digamos si se trata de una provincia que considera suya por ser escenario de grandes hitos históricos en la historia serbia y albergar numerosa herencia cultural serbia.
Sin embargo, no es tan fácil, y es que aquí entra en juego un factor clave como el deseo de adhesión de Serbia a la Unión Europea. Esta materia la tratamos en otra entrada. De lo que se trata aquí es de uno de los requisitos que estipula la Unión para admitir a Serbia: expresado de manera expeditiva, la UE exige a Belgrado la renuncia a Kosovo para seguir avanzando en el proceso.
Naciones Unidas y la Unión Europea: el arte de realizar una afirmación y la contraria.
El territorio se encontraba regido por la S/RES/1244 (resolución de las Naciones Unidas 1244), cuyas implicaciones condicionan en gran medida la situación actual del territorio. La resolución exhorta a la RFY (República Federal de Yugoslavia), a poner fin “de forma inmediata y verificable, a la violencia y a la represión en Kosovo” y a emprender y “concluir el retiro gradual verificable de Kosovo de todas las fuerzas militares, policiales y paramilitares evacuar la provincia”, a la par que establecía una especie de protectorado y “presencia internacional” (la Misión de Administración Provisional de Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK). Se acordaba, sobre los Acuerdos de Ramboullet, la instauración de un “gobierno autónomo sustancial”. De ningún modo se habló de algo parecido a la independencia, sino de respeto a “los principios de soberanía e integridad territorial de la República Federativa de Yugoslavia”.
Es lo que se denomina “pautas de referencia antes de status« en el espinoso lenguaje comunitario; esto es: antes de la guerra y de la administración de las Naciones Unidas. No obstante, los hechos demostrarán lo contrario.
- El Consejo de Seguridad delega en la UE la puesta en práctica de la S/RES/1244, convencido de que las medidas desplegadas podían contribuir a la estabilidad y democratización de la región. Sin embargo, la labor de la UNMIK fue torpedeada por instancias albanokosovares, en absoluto proclives a dejar escapar una oportunidad de independencia más cercana que nunca. La UE, por su parte, se encargó de recordar que no se contemplaba un Kosovo separado de Serbia. Tal idea se proclama en la Cumbre UE-Balcanes de Tesalónica en 2003.
- Desde dicho año hasta la declaración de independencia de Kosovo, La Unión Europea ha logrado un éxito relativo en la espinosa cuestión de normalizar las relaciones de Serbia con Kosovo. Sin embargo, dichos esfuerzos no tuvieron éxito inicial, pues los ánimos estaban aún muy caldeados a causa de la reciente guerra y los bombardeos de la OTAN sobre Serbia. Por desgracia las negociaciones se realizaron, en un ambiente aún mucho más tóxico, con una Serbia que se sentía con razón traicionada por la Comunidad internacional. En las Conversaciones de Viena (2011) cuestiones objeto de negociación se hallaban alejadas del fondo de la cuestión (reconocimiento serbio de la independencia de Kosovo) y afectaban de manera más directa a la población, como la libre circulación de personas y bienes, la cooperación económica y la protección de las minorías étnicas. No obstante, fueron interrumpidas en numerosas ocasiones por la falta de entendimiento entre las partes. En 2013 se llegó a los decisivos Acuerdos de Bruselas, que establecen pautas de cooperación que se respetaron en mayor o menor medida, aunque del mismo modo han sido testigo de las disputas entre las delegaciones de ambos países o territorios.
- A veces no es simple falta de entendimiento: existe un lógico boicoteo albanokosovar muy consecuente, pues jugar la baza de la literalidad de la S/RES/1244 va contra sus propios intereses. Es más efectivo conseguir que Serbia se levanta de la mesa a escorar la situación a un punto een el que se puedan ir retirando reconocimientos a la independencia del territorio.
- Finalmente, se llega a la proclamación de la independencia de la exprovincia serbia en 2008. Su contexto es un escenario renovado de división y falta de posición común de la UE al respecto: pese a proclamar por activa y por pasiva que se respetaría el tenor de la S/RES/1244 (repetimos: integridad territorial de la RFY, no independencia de Kosovo, por tanto). Muy al contrario, se produce una cascada de reconocimientos de la independencia de Kosovo por parte de casi todos los estados miembros de la UE excepto España, Eslovaquia, Chipre, Rumanía y Grecia. Fuera del ámbito de la UE, existen importantes detractores al reconocimiento como Rusia, China o Brasil.
- En 2010, el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) dictamina que la declaración de independencia de Kosovo no violaba el derecho internacional. Sin embargo es una decisión que plantea numerosas dudas:, pues no violar el derecho internacional no es equivalente a sostener que de dicha declaración de independencia se derive una efectividad en la esfera internacional de la misma. Resumiendo: no viola el derecho internacional, pero de ningún modo sigue el procedimiento del mismo en lo que respecta a la independencia de un estado. Un ejemplo relativamente cercano en el tiempo es la declaración unilateral de independencia del Parlamento de Cataluña en 2017: ilegal no es, pero no es es procedimiento que se sigue normalmente para la secesión y reconocimiento de un estado.
A modo de resumen:
- la declaración de independencia de Kosovo en 2008 fue un acto unilateral (ilegal ya hemos visto que, según el TIJ, no) que se aleja del procedimiento usual en el derecho internacional
- contradice la S/RES/1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, que establecía un marco para la administración temporal de Kosovo por parte de la ONU, no la independencia.
En todo caso, el derecho internacional ya se sabe: se te aplica si eres «alguien», y Serbia era, como se ha comentado más de una vez, un paria del derecho internacional, aislado en aquel momento. Lo mismo puede hablarse de las repúblicas que integraron Yugoslavia, otro tema muy interesante que abordaremos en otra entrada.